jueves, 27 de septiembre de 2007

¿Qué es el Burro-Taxi?


El burro taxi nació a finales de los años 50 en el municipio de Mijas (Málaga). Los arrieros que trabajaban con sus burros y mulos en las canteras locales eran requeridos por los turistas para fotografiarse con los burros e incluso montar en ellos para conocer el pueblo.
La mecanización hizo desaparecer el uso del burro en prácticamente todos los pueblos de España y, en el caso de Mijas, pasaron de las tareas más duras de la cantera y el campo a trabajos más livianos como el de la ruta turística en burro. Su población total disminuyó pero no desaparecieron debido a este nuevo uso.
El trato que han recibido los burros-taxi no se diferencia mucho, y aún no se diferencia lo suficiente, del trato al que habitualmente se ha sometido al burro de trabajo. Sin embargo, en los últimos años, debido a la presión de las sociedades protectoras de animales encabezadas, en este caso, por el Refugio del Burrito, se han ido poniendo en práctica medidas para mejorar el bienestar de los asnos del burro-taxi.
No es una tarea fácil ya que se partió hace ya tres años de una situación desastrosa, con una parada inadecuada, sin sombra ni saneamiento, sin reglamento que regulase la prestación del servicio y las condiciones de los burros, sin control veterinario formal y con una mentalidad claramente hostil de los arrieros a cualquier cambio que se pretendiera hacer.
Actualmente, los burros deben pasar favorablemente dos controles veterinarios, que sufraga el Refugio del Burrito, para poder ser usados en este trabajo, la parada ha sido modificada para poder proveer sombra a los burros que no están en turno, se ha dotado de más puntos de agua para la limpieza y se ha modificado la rampa de acceso y el abrevadero. También se ha pavimentado toda la parada y se ha mejorado todo el sistema de saneamiento.
El número total de burros que componen el Burro-Taxi es de 61, de los cuales, 13 son burros de carro y 48 de silla. Hay 5 concesionarios diferentes y trabajan con un sistema de turnos por el que cada día uno es el primero en la parada.
Los burros son en su mayoría burros sin castrar (enteros)y deben de llevar un bozal para evitar que se muerdan entre ellos o muerdan a algún usuario. Este bozal les permite beber sin ninguna dificultad. Los burros reciben alimento antes de empezar la jornada y al final de la misma.
El Ayuntamiento y El Refugio del Burrito mantienen un acuerdo de colaboración para mejorar las condiciones de trabajo de estos burros; fruto de este acuerdo es la redacción del Reglamento que regula este servicio turístico que presta el Ayuntamiento de Mijas por el método de licencias de explotación (al igual que el taxi). La implantación y aplicación de este reglamento aún no es total pero ya se han implantado medidas tendentes a mejorar las condiciones de trabajo de los asnos y, poco a poco, y no sin dificultad, se va venciendo la resistencia de los concesionarios a unos cambios que son necesarios para poder garantizar el bienestar de los asnos del burro-taxi, nuestro principal objetivo.
Escrito por el Señor de los Asnillos

5 comentarios:

Helena y Conchi dijo...

Gracias por la aclaración. No obstante me sigue pareciendo perjudicial para el burro el promover su uso. Creo que cada vez estaremos más lejos de una consideración justa para ellos si regulamos su uso. En el post "Con nocturnidad y alevosía" vemos una injusticia y quizás podamos pensar que es menos cruel seguir promoviendo "burro taxi" y un control sobre la utilización del burro, pero quizás debemos recapacitar y pensar que hay otra opción: No utilizar el burro, ni de una forma cruel ni menos cruel.
De nuevo gracias por tu respuesta.

Anónimo dijo...

El burro es un animal doméstico, como tal es una especie artificial, conformada no en base a unos criterios de selección natural sino a unos criterios basados en las necesidades humanas de aprovechar su fuerza animal. Sus razas, variadísimas, son altamente especializadas y acordes con el uso que se les quiere dar. Aún hoy, el burro es un animal que participa en el sostenimiento de las economías familiares más paupérrimas en los países en vías de desarrollo y se calcula que la población de burros en el mundo supera los 59 millones.
En España el burro pasó de una población superior al millón y medio de ejemplares en la década de los setenta a una población de unos setenta y cinco mil asnos en la actualidad; la causa de su desaparición está clara: su sustitución por maquinaria.
Como animal doméstico que es, el burro necesita al hombre para permanecer bien cuidado, y en la mayoría de los casos es imposible su supervivencia en condiciones de asilvestramiento si no recibe los cuidados directos del ser humano.
En El Refugio del Burrito utilizamos al burro para ayudar a niños discapacitados, ¿acaso no es legítimo este uso que beneficia a humano y animal?

Helena y Conchi dijo...

El hecho de que el burro haya sido utilizado desde hace años no legitima que sigamos haciendolo, no lo hace aceptable. Por otro lado, existen santuarios de animales donde no se hace un uso de ellos, se les cuida y se tienen en cuenta sus intereses. Antaño la esclavitud del animal humano podría ser el motor económico de muchas familias, pero es inadmisible el uso de otr@s para beneficio propio. Debemos cuestionar el uso de los animales no humanos de manera análoga a como cuestionamos el uso de humanos (sin su consentimiento claro). Si nos importan los animales la mejor forma de ayudarles es oponernos a su uso.
Un saludo.

Anónimo dijo...

Por el mismo razonamiento, ya deberías desprenderte de tu perro y tu gato. Al fin y al cabo, los estás usando de algún modo; ¿tienes su consentimiento expreso?
Hala, libertad para ellos

Helena y Conchi dijo...

No cuestiono el ayudar a un animal que no pueda valerse por si solo y cuyo destino sea la muerte. El gato y el perro con los que convivo estaban ambos entre que yo los asistiera o morir. No es comparable ni de lejos con acoger a un animal no humano y valerse de él, utilizarle para "x" fin. Comparto la imposibilidad que se plantea para que en el mundo actual muchos animales no humanos puedan ser del todo libres, pero desde luego el utilizarles para pasear por el pueblo y llamarles taxi ni se le aproxima a lo que podamos llamar respeto. Incluso se habla de condiciones de trabajo para los burros, no puede haber mayor evidencia de su consideración de esclavos. No digo que sea la intención, tan solo digo que es lo que se percibe y no está mal plantearselo, sino que es lo mínimo.