jueves, 22 de mayo de 2008

Las fiestas y los gozos


Una bonita historia para leer:
"ese año, mi tío Fabio había comprado un burro. Se lo compró al Sr. "Polvorilla", el barbero y ¡claro! el burro se llamó, desde el primer día, "Polvorilla", No era un burro nuevo, ni mucho menos un "buche", Pero yo creo que mi tío Fabio hizo una muy buena compra por los 20 duros que pagó al Sr. "Polvorilla", Para mí, desde luego, fue el mejor regalo que me pudo hacer. Era un burro rucio, casi cano del todo, de bastante buena alzada, o así me lo parecía a mí, que levantaba poco más del metro, En los trabajos que hacía en casa, siempre se portó como un burro cabal: lo mismo si iba al pozo artesiano por agua, con la albarda bien ceñida y las aguaderas con los cuatro cántaros, que si Antonio le llevaba a una tierra, cargado con un saco de mineral, que si iba hasta el Monte del Baladrón llevando en las aguaderas lo que fuera necesario en el Monte para la temporada que pasábamos allí. Fue un burro cabal y bueno, que duró muchos años en casa y siempre hizo su tarea bien." sigue en Las fiestas y los gozos

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