lunes, 9 de abril de 2007

A mi burro, a mi burro...


A mi burro, a mi burro
le duelen las pezuñas;
y el médico le ha puesto
emplasto de lechugas.
Emplasto de lechugas,
mi burro enfermo está.
Iah, iah, iah.

Si fuera tan fácil... Los burros pasamos muchísimo tiempo de pie y nos resentimos cuando nos duelen las pezuñas. Nuestras pezuñas son duras para poder caminar por el duro suelo.
Como las uñas de los humanos, nuestras pezuñas crecen y, si no las desgastamos adecuadamente, necesitamos que el herrador nos las recorte. Aquí nos visita el herrador regularmente y nuestras pezuñas están bien recortadas.
Sin embargo, existen aún demasiados burros que padecen terriblemente a causa de que sus dueños no se preocupan del cuidado de las pezuñas y dejan que éstas crezcan sin control sin importarles que, probablemente, eso dejará a sus burros cojos de por vida.

A mi burro, a mi burro
le duelen las pezuñas...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Tengo una burra que me han regalado hace unas semanas. El dueño anterior nunca le arregló las pezuñas y tiene, en especial las delanteras, bastante deterioradas, medio partidas y creo que demasiado largas. Ayer observé que no apoya una de las patas delanteras; supongo que le duelen, pero no sé a quién llamar ni dónde, para que me ayuden a arreglárselas. Qué puedo hacer? Contéstenme a: alejandracondi@gmail.com