Mojino nos ha dejado

Aquellos que nos hayáis visitado o que hayáis consultado la web del Refugio del Burrito conoceréis la historia de Mojino. Mojino es, o era, un burro que fue recogido hace casi tres años tras recibir la llamada de su dueño, ya que el pobre pasaba todo el día tumbado y sin poderse levantar por sí solo. Cuando Iván fue a visitarlo para organizar su traslado se encontró con un burro cubierto de llagas, que sólo se podía levantar con ayuda y que andaba con muchas dificultades. Mojino era un burro grande y su dueño, Francisco, era incapaz de poder levantarle cuando aparecía en su cuadra tumbado por la mañana. Tenía entonces Mojino la friolera (para un burro) de 35 años.

En el Refugio recibió la visita del veterinario Guillermo que le hizo una analítica completa, le examinó con rayos X y le prescribió un tratamiento para sus doloridas articulaciones. Los cuidadores de la granja le acomodaron en un corral grande, con una cama mullida y le ayudaban todos los días a levantarse y le curaban sus llagas.
Mojino respondió muy bien a los cuidados que recibía y muy pronto sus llagas cicatrizaron y cogió fuerza suficiente para levantarse por sí mismo.

Mojino era, y será allí donde se encuentre, un asno muy cariñoso y un tanto picarón, pues le gustaba lamer el trasero de las cuidadoras. Aquí pronto hizo amistad con Frodo, con Cuco y con Hope con quienes compartió achaques y recinto en algún momento de su estancia en esta granja y se le veía muy feliz en compañía de otros burros.

Este último mes, sin embargo, la salud de Mojino se resintió muchísimo, volvieron las dificultades para levantarse y para caminar, su hígado fallaba y su corazón latía al doble de lo normal..., en fin, uno no acaba de acostumbrarse a que los buenos nos dejen y no puede evitar sentirse triste aunque Mojino perdure en nuestro recuerdo.